1
hoy, cuatro de septiembre
va a llover,
y cuando comience
la lluvia
no va a ser de bautismo
va a lavar los rostros
mojados por las lágrimas
2
no busques la mirada de compañía,
el cuerpo es huesos, cenizas y pasado
gloria al hombre hijo del hombre,
la melodía se agrieta
y el agua desemboca en los ríos
donde toda gota es una gota
lava tu rostros
sin bendiciones
3
deja al hombre
reposar en su tumba
deja el nombre
montado en su fama
deja el hombro
a quien pida consuelo
4
arde su fama
y que el abismo
se desgaje
caiga en picada
y sin rumbo
quien te siga
sólo para pisar
tu sombra
5
el icono reposa en el templo
el templo se muda en iglesia
la fe es invisible y poderosa
no hay poder más visible que el dolor
ya sea quien lastima
o quien lo sufra,
con el dolor se acostumbra
el dolor
6
al padre que muere entre sus sábanas
al hijo que llora sin vergüenza
al espíritu santo y su llama
que arde sobre las personas
quema tu recuerdo
y tu calma de coma
en espera de las puertas
hacia el otro lado
la sagrada trinidad
en la voz que despierta los goces
el tacto al rozar la esperanza
el olor a la muerte agria
y así, sin resurrecciones,
la última gota resbala
sin cuerdas
de guitarras
7
se deja
la risa de lado,
se muerden los labios
y se mira delante
sin ver
la risa se deja
en silencio
8
la tarde se pierde en miradas,
en la frente de esos rostros
que son máscaras
para el hedor de luto
no hay negro en la noche
ni en la muerte que se pliega
a la oscuridad
y las pausas
al hablar de eso
rija la tumba
la idolatría del caído.
9
digno el león en su selva,
reino que no amerita
coronas enjoyadas
sobre las cabezas
rugido de bestia
que muerde la calma
y arranca sonidos en el aire
deja su voz se vuelva
la canción
animal
10
no hay adiós en el mundo,
la despedida es la forma
en que se da forma
al recuerdo
queda la marca circular
de la taza, en el plato
al acabar el té.
pero uno no vive
bajo esa taza
fría, de porcelana
y no olvida
el dolor que fluye
de quién sabe dónde
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