¡Somos poetas!
Anunciamos con la frente en alto
que somos grandiosos
y escribimos
lo que vivimos.
Escribimos el poema
a la taza de té
que se enfría,
el poema al ídolo muerto,
la queja en verso
por el verso político.
Somos la generación del ’10,
los que apenas nos conocemos
y nos pasamos el faso
de mano en mano
en la puerta del lugar
donde estamos por subir al escenario
a leer lo más grandioso del mundo.
Escenario que nos ama
y lo disfrutamos,
donde las poses nunca alcanzan,
donde si es necesario nos revolcamos
para que entiendan que sentimos
al leer.
Somos los showman del verso libre,
la generación del slam de poesía,
y del spam de poesía
por los muros de facebook
porque debemos compartir con lo demás
lo maravilloso que somos
¿Y qué me vienen con la vanguardia?
Breton pudo haber dicho
ceci n’est pas une pipe
pero nosotros le decimos
que una pija no siempre es una pija,
sino una metáfora más
para la poesía.
Nuestra generación
es la hipérbole del porno,
a Tolkien lo recuperaron los hippies
y a nosotros nos tildan de hipster.
Pero somos la voz
que manda a chuparle el culo
a quien no esté de acuerdo.
Somos la generación del ’10,
la que ama a sus gatitos
y lo suben a sus muros
mientras sus maullidos
“exhalan versos”
Somos la generación de poemas zombies,
y no porque están de moda
sino porque son bichos grandiosos.
Somos la generación que recupera al ’90,
que adora a Luy
y que conoce Verbonautas,
aquellos a quienes se defenestraba
en su momento.
Salve nuestra generación
de léxico grandioso.
No importa que sea ‘chiquito’
o ‘gigantesco’.
Somos quienes cantamos
como el ojete un tango
sobre el escenario
mientras el público,
el amado público
se preocupa más por terminar
el culito de sus cervezas.
Somos aquellos que a cada verso
recitado frente a la audiencia
se nos para la berga
y así de venosa reemplazamos la rima,
a los que se nos moja la concha,
labios hinchados de sinécdoque,
somos poetas,
que digo
¡Poetas del carajo!
Somos la generación del ’10,
y si Plath, Sexton
o nuestra Pizarnik
eran depresivas
nosotros somos la generación emo.
Los que nos cortamos las venas
con las hebras de té importado
y sufrimos el ‘devenir en vacío del universo’.
Somos la generación del poema en pantalla touch
o en papeles mugrosos manchados con mate,
desordenados, a revolver
para poder leerlos,
ya sea de manera tímida
o dueños y señores del escenario.
Somos ‘The Lord of the
Blogs’
con los seguidores activados
y los comentarios abiertos a todos.
Firmamos como ‘Z’,
¿Y saben que más?
Somos los putos amos del
fanzine,
sí, somos
autoeditables
AUTOEDITABLES.
Ayudamos a los
congéneres
a que salgan a la luz,
la generación más
copada,
la que es careta para
enfrentarse al caretismo,
los poetas paridos por
Él mató
-larga vida a Santiago
Motorizado-.
Somos la generación del
‘10
que en algunas décadas
va a ser rescatada por
la academia,
nuestros poemas van a
ser desarmados,
deconstruidos,
analizados,
van a ser parte del
programa
colgado en la
cartelera de la fotocopiadora
en la universidad.
Nosotros somos poetas
de lo cotidiano
que nos olvidamos el
paraguas
el día que llueve
y hacemos ‘el poema’
de eso.
Sí,
nosotros no hacemos
poesía épica
porque somos épicos,
vivir acá hoy
es la epopeya mejor
narrada.
Poetas de plaza
con una fresca cerca,
poetas de ferias donde
pinte
para hacer lo que nos
guste.
Ante todos ustedes
somos la generación
del ’10,
fundamentalistas del
veganismo,
resabios de
adolescentes y Gran Hermano por Telefe,
los populistas del
fernet
y cumbia poética
“chiqui chiqui chiqui
chiqui chiqui chiqui chí
se te ve la agenda
donde escribís…tus
poemitas”
Léase a manera de
manifiesto
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