sábado, 8 de octubre de 2011

Texto N° 10 ( Y por fin ha llegado este número, entre lluvia, tormentas, viajes, charcos y paraguas en guerra con las gargantas roncas)

Entre despacio
en el quiebre,
luces por todas partes,
hielo en posters de
viejas canciones de veranos
extintos.

Entre despacio
en el tema.
No nos saque,
eso si le aclaro
nuestros cajones, sin manijas.

antes,
o despacio.

Apaga todo el silencio,
sin botones de MUTE.
Pantalla recalcitrante,
aunque hubiese preferido celofán,
palabra más o divague menos




   (Flecha hacia la derecha)===========>


Mi disculpas les corra las miradas,
le corra lentamente,
la pestaña de la cara,
la visión aburrida del mundo.




<========(adreiuqzi al aicah ahcelf)


Volviendo al quiebre,
siento hielo delgado,
frío en las plantas de los pies,
humedad de otoño reseco,
furia y melodrama
de un circo armenio,
con Lancanian
llevando la batuta
y la paja a las jaulas
de los leones que perdieron el celo.

Si no me mirás, me tuerzo,
un árbol talado en el fin del mundo,
un cristo sin cruz por Greenpeace,
la mesa de plástico de supermercado.
Me tuerzo, y quizás,
si me sobra tiempo
y soy valiente,
me rasco la espalda en el piso.



Mi espalda
muy levemente
                                             se tuerce, se tu
                                             erce cada vez m
                                             ás y más, aunqu
                                             no llega a doler,
                                             se queda todo e
                                             n el simple gest
                                             o de esas simpl
                                             es espaldas doblada.

                                             Serás,
                                             no sé, no sé...



Casi todo se hizo endeble,
un cuerpo hacia un costado,
juguete de madera
para niños con fósforos,
respirar piromaníaco
bajo la lluvia de Octubre,
temporada sin brujas ni teatro
Praga de negros.

Lastima la lluvia
saca cada recuerdo de las veredas,
quiebre de cunetas con agua
vomitada sin culpa por las bocas de tormenta,
antes que la tormenta nos agarre a pedradas,
humanos pájaros
bajo la gomera de las nubes.
Guarda con el piso resbaladizo,
no se olvide de su cadera, doña,
entre despacio.

2 comentarios:

  1. Voy a tener cuidado, por la cadera digo. Y entraré despacio, pero serás no sé, no sé...

    Una espalda doblada ante el teclado y esta montaña de imágenes que te trae Octubre y los paraguas y las gargantas rotas, y la lluvia que tiene esa capacidad de sacar recuerdos entre las baldosas flojas.

    Besos!

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  2. Nunca comente en un blog y ahora lo voy a hacer y... lo hice

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