viernes, 16 de diciembre de 2011

Amor (III)


Amor es un rato de indecisión,
bajar la cabeza
para no cruzar las miradas,
para amargarse en silencios,
imaginarte descalza,
calentar la tibieza
en el ardor de tus labios.
Amor es el fantasma de los fracasos,
rememorar cada uno
y regodearte de tu miseria,
es vagar entre las falsas ilusiones,
cometer los mismos errores
y repetirlos con placer
cuando tu piel se erice por el frío.

Amor en un tono tibio,
amor en tus brazos al cuello,
amor sobre tu cama tendida,
amor entre mentiras conocidas,
amor hasta cansarse de todo,
amor sin concretar los pedidos,
amor con tu ropa puesta,
amor tras desnudarte despacio,
amor entre nuestras piernas enredadas,
amor bajo tu cuerpo,
que se mueve por el goce,
que me pierde, con mis ojos aun cerrados
y mis miedos al pensar
en cómo se sigue mañana.

Amor cuando recuerdo la frase,
‘Ella conoce mi perversión en una noche larga,
y esta noche es larga’,
tanto que no quiero terminarla,
y así volverla eterna.
Amor que no se me acerca,
aunque pueda sentir tu cuerpo,
caliente y traspirado,
sin dudas y decidido,
extenuado y jadeante.

Amor al besar tus ojos cerrados,
amor para el mejor postor,
amor para todo impostor,
amor sin importar la postura
amor con coraje que cante la posta,
amor durante cada caricia,
amor bajo los torpes abrazos,
amor  sin siquiera un beso,
amor en el calor de tus suspiros,
amor al caer bajo tus jadeos,
con tu boca junto al oído,
los cuerpos en ausencia,
las manos pérdidas quién sabe dónde,
las bocas llenas y pidiendo más,
el calor sobre el piso
de dos personas,
mezclado con el humo del cigarrillo
y un lenguaje sin nada más
que tu dedo,
suave,
jugando en mi pecho.

Amor sin termómetro,
sin críticas ni tibiezas,
eso son todos los demás.
Yo, acá sentado,
sólo lo hago poesía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario