martes, 6 de diciembre de 2011

TEXTO N° 3 (Esculpió un orden en las palabras que cayó hecho pedazos bajo el desorden de las metáforas)


-Ensimismada en tus hilos de oro-
apenas llego a tu danza,
caigo bajo las caricias de tus manos.

Yo, tu mármol.

Espero con bronca,
porque te detenés en tus bocetos,
te vas a recorrer el jardín,
a mirar el cielo,
que no es marco
para las ganas que tengo
por sentir el más cruel cincel
desgarrarme las costillas.

No me importa que me pienses
frío y distante,
desnudo de corazón.

Yo, tu mármol.

No me obligués,
no lo toqués a él
cuando estés cerca de mí.
Un día voy a sacar mis fuerzas,
para caer de costado
y aplastarlo.
Soy piedra,
amago el amor
y no siento culpas
por sacártelo.
Más bien siento cómo,
muy lento,
me sacás el polvillo.
El punzón casi fue un amigo,
tu desván es mi refugio,
mi lágrima se ausenta
y quedo destruido.

Yo, tu mármol.

Por más que ignoren las plazas,
va a haber pasto,
por más que ignoren los pájaros,
van a oírse sus patas
sobre la chapa.
Por más que sea de mármol,
algo blando va a estar
siempre conmigo.
Tu mano no conoce
la palma de la mía,
porque mis brazos son de roca,
uniformes,
y por más que siga en  silencio,
creo que el cincel grita mis ruegos
por tus labios
en mi frente.

No quiero ser una forma en hueco,
no quiero que nazcan otros de mi,
el vaciarme hace que sufra,
que me rasgue,
que no me quieras.
No te olvidés de quien soy,
más allá de los punzones y cinceles.

Yo, tu mármol.

Quieto y sufriente,
silencioso y gélido,
amante inmóvil,
intento de coloso
a quién le negaste las piernas.
Llename de resina hasta que no pueda pensar,
bajo esta roca epidermis,
mis muescas por cada vez
que me dejás de lado.

No soy siquiera tu obra maestra,
no soy tu Rodas,
no soy tu imagen, no soy ni un molde.
Soy un trozo de mármol,
ya me callo
y me olvido,
se me apagan los deseos.
Muerte sin ninguna marca del arte.

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